El neoexpresionismo es un movimiento pictórico surgido a finales de los años setenta y principios de los años ochenta en Alemania, desde donde se extendió por el resto de Europa y Estados Unidos.
Fuertemente vinculado a la transvanguardia italiana y la figuración libre francesa, este estilo surgió como una reacción contra el minimalismo y el arte conceptual que predominaron durante los años setenta. El neoexpresionismo se caracteriza por su agresividad, sus descarnados temas, la forma en que estos son tratados y el uso de imágenes fácilmente reconocibles como el cuerpo humano, generalmente dibujadas de manera muy burda.
El neoexpresionismo se inspira en el expresionismo alemán y sus exponentes, Emil Nolde, Max Beckmann, George Grosz, además de otros artistas con estilo altamente emotivo como James Ensory Edvard Munch; igualmente se nutren del arte tradicional, especialmente el germánico: Durero, Bruegel, El Bosco, Rembrandt. De todas formas, al contrario que la transvanguardia italiana, los neoexpresionistas no rompen con el arte de su país inmediatamente anterior a ellos, aceptando como maestros grandes artistas de los setenta como, Joseph Beuys, Nam June Paik o Wolf Vostell.
El desarrollo del Neo Expresionismo se divide en dos momentos principales. El primero lo protagonizan artistas cuyo nacimiento tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial. Son considerados como los fundadores del nuevo estilo. Entre ellos destacan Jörg Immendorff, Penck (Ralf Winkler), Markus Lüpertz, Georg Baselitz y Ansel Kiefer.
Cada uno se encamina hacia una tendencia expresiva particular pero poseen rasgos en común. Su temática abarca numerosos motivos que van desde la representación del héroe, mitologías nacionales e individuales hasta símbolos de poder de todo tipo. A pesar de ser figurativos no pretenden realizar una reproducción fidedigna de la realidad. Sus figuras son esquemáticas y tratan de seleccionar los rasgos más expresivos. Esa misma expresividad se busca mediante el grueso empastado de las pinturas al óleo, principalmente. Su gusto por la fusión les lleva también a mezclar arenas, yeso y paja con la pintura.
La segunda generación estaba formada por pintores nacidos en la década de los años cincuenta. Son mucho más agresivos que los de la primera practicando una plástica de la destrucción y lo feo. Está formada por dos grupos, la Heftige Malerei y la Mülheimer Freinheit (Libertad de Mülheimer). Los principales artistas de la Mülheimer son Jiri Georg Dokoupil, Walter Dahn, Peter Bömmels y Hans-Peter Adamski.
La variedad casi enloquecedora de estos movimientos pictóricos de los ochenta confirman la fuerza del gran cajón de sastre de la Postmodernidad.
Cada uno se encamina hacia una tendencia expresiva particular pero poseen rasgos en común. Su temática abarca numerosos motivos que van desde la representación del héroe, mitologías nacionales e individuales hasta símbolos de poder de todo tipo. A pesar de ser figurativos no pretenden realizar una reproducción fidedigna de la realidad. Sus figuras son esquemáticas y tratan de seleccionar los rasgos más expresivos. Esa misma expresividad se busca mediante el grueso empastado de las pinturas al óleo, principalmente. Su gusto por la fusión les lleva también a mezclar arenas, yeso y paja con la pintura.
La segunda generación estaba formada por pintores nacidos en la década de los años cincuenta. Son mucho más agresivos que los de la primera practicando una plástica de la destrucción y lo feo. Está formada por dos grupos, la Heftige Malerei y la Mülheimer Freinheit (Libertad de Mülheimer). Los principales artistas de la Mülheimer son Jiri Georg Dokoupil, Walter Dahn, Peter Bömmels y Hans-Peter Adamski.
La variedad casi enloquecedora de estos movimientos pictóricos de los ochenta confirman la fuerza del gran cajón de sastre de la Postmodernidad.
Técnicas:
- Se caracteriza principalmente por su agresividad, los temas crudos y de critica social y cómo son tratados. Dibujos muy burdos, cargados de color.
- Retorno a las imágenes de tipo expresionista.
- Gusto por la fusión o combinación de elementos de tendencias anteriores.
- Yuxtaposición de elementos figurativos y abstractos: generalmente fondos a base de manchas o franjas de color sobre los que se disponen figuraciones contrastantes.
- Figuración (generalmente no imitativa) a base de formas esquemáticas de carácter emocional y expresivo.
- Representación de objetos de modo intuitivo y sin atender a su perspectiva dentro del conjunto de la obra.
- Ejecución de trazos amplios.
- Preferencia por el óleo, aunque es frecuente la combinación con otras técnicas (acrílicos, pinturas industriales, temple, acuarela, fresco)
- Preferencia por la pintura empastada, que puede ser mezclada con otros materiales (paja, arena, yeso, etc.).
- .Variedad de planteamientos expresivo-formales: abstractivo (Lüpertz), fauvista (Fetting), matérico (Kiefer), primitivista (Baselitz), sígnico (Penk).
¿Qué pintaban?
Temática amplia (mitologías individuales o de la cultura nacional, símbolos del poder, figuras heroicas, temas bélicos, dramáticos y satíricos, etc.) con predominio de la figura humana
Artista y obra destacado:
Una de las obras mas importantes del movimiento de la de Munch, de la galería Heiner Friedrich, en 1970-.En Colonia, durante ese año, expuso por 1ª vez los cuadros con personajes invertidos, que sorprenderían al público por su osadía y provocación. Los temas son muy diversos: seres huma-nos, animales, árboles, objetos, comedores de naranjas, etc. Pero, el tema no es algo esencial en su pintura, sino un pretexto para dar rienda suelta a un lenguaje muy agresivo y, al mismo tiempo, dotado de un carácter trágico y angustioso de una pintura basada en la gestualidad de la pincelada. Los rastros del pincel, bruscos y violentos, interrumpidos en ciertas zonas, subrayados en otras por la acu-mulación de empastes, dan un tipo de obra realmente fuerte.
El Grito, cuadro pintado por Eduard Munch en 1893 y que se encuadra dentro de su obra capital “el Friso de la Vida”. La pregunta es qué es lo que Munch trató de reflejar en su cuadro a través del rostro angustioso de la persona que grita.
Es decir, si se trata del reflejo de la angustia personal del pintor o si el grito pudiese también esconder una crítica a la nueva forma de organización socioeconómica de la época. En definitiva si Munch grita también contra las injusticias sociales y a las desigualdades económicas que acompañaron a la Revolución industrial.
Para responder a esto hay que basarse 3 hechos fundamentales:
- La influencia que tuvo para Munch el movimiento bohemio de Cristiania
- La situación social que se vivía en el momento y lugar en el que se pintó el cuadro
- Las características del propio arte expresionista
Influencia de Cristiania
Cristiania (la actual Oslo) se consideraba la cuna del movimiento Bohemio noruego. Munch se trasladó allí a la edad de tres años y desarrollo todos sus inicios como artista rodeado de esta atmósfera e influenciado por pintores como Christian Krogh, uno de los máximo exponentes del movimiento Bohemio.
Los bohemios de Cristiania dirigían sus trabajos y sus provocaciones contra la falsa complacencia y contra la estrechez de principios morales y éticos. Consideraban que el sistema estaba envuelto en contradicciones.
No compartían la forma de organizarse de la sociedad y por ello vivían en un clima de represión.
La novela “Un Bohemio de Cristiania” escrita por Hans Jaeger fue confiscada inmediatamente después de su aparición en1985 y el propio Munch vio como sus cuadros causaban escándalo en la exposición de Oslo en 1886, o como en 1892 el público y la prensa berlinesa reaccionaron indignados ante sus pinturas, lo que obligo a clausurar la exposición siete días después de su inauguración.
Munch no fue ajeno a este movimiento de protesta como pone de manifiesto el escritor Josef Paul Hodin en su libro “Eduard Munch-el genio del Norte”.
Hodin escribe en este libro:
“La Bohemia de Cristiania era el portavoz de la protesta individual contra la hipocresía de una falsa moral.
Esta Bohemia, en la que se incluía Munch, luchaba por el ideal de una sociedad honesta y vigorosa y defendían la liberación social sometiendo para ello los valores recibidos a una critica despiadada. En ningún otro lugar se estaba luchando en pro de las nuevas ideas con tanta vehemencia como en la fosilizada Cristianía de los años ochenta” [1]
Munch estaba por tanto dentro de esta corriente reivindicativa y hacia finales de los 1890 tenía proyectado un ciclo de cuadros con el tema de la vida Bohemia.
http://cielosdondeestaeldinero.blogspot.com.ar/2012/02/el-grito-de-munch-subasta.html
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